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Las necesidades de salud de las mujeres, las adolescentes y las niñas son a menudo postergadas en la respuesta humanitaria a desastres naturales y conflictos en todo el mundo. El bienestar de las mujeres y las niñas durante una crisis, suelen depender del acceso a los servicios básicos de salud sexual y reproductiva, según un nuevo informe publicado hoy por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

El Informe Estado de la Población Mundial (EPM) 2015, "Refugio en la tormenta. Niñas, adolescentes y mujeres: Víctimas invisibles de emergencias humanitarias en el mundo", muestra que de los 100 millones de personas que en la actualidad necesitan asistencia humanitaria en todo el mundo, unos 26 millones son mujeres y adolescentes en edad reproductiva.

Los servicios de salud sexual y reproductiva esenciales para la salud y la supervivencia de las mujeres y las adolescentes son más escasos en los momentos en que más se necesitan. El Informe Estado de la Población Mundial explica que tres quintas partes de las muertes maternas se producen en los países que son más frágiles ante conflictos o desastres. En estos entornos fallecen alrededor de 507 mujeres por causas relacionadas con el embarazo y el parto.

"La salud y los derechos de las mujeres y las adolescentes no deben ser abordados como una idea de último momento en la respuesta humanitaria", afirma el Director Ejecutivo del UNFPA, Dr. Babatunde Osotimehin. "Para la mujer embarazada que está a punto de tener su parto, o la adolescente que sobrevivió a la violencia sexual, los servicios que salvan vidas son tan vitales como el agua, los alimentos y el refugio", agrega.

Sin la protección habitual de la familia y la comunidad, las mujeres y las adolescentes son más vulnerables a la violencia sexual, los embarazos no planificados y las infecciones de transmisión sexual (ITS), como el VIH.

"Tener los medios para prevenir un embarazo y estar a salvo de la violencia sexual, son derechos humanos básicos. Los derechos no desaparecen, y las mujeres no dejan de dar a luz, cuando estalla un conflicto o un desastre”, enfatiza Osotimehin.

Debido a la gran cantidad de conflictos y desastres en el mundo, el UNFPA contribuye con diferentes servicios a las situaciones de crisis actuales. El informe muestra que durante el 2015, el UNFPA ha brindado respuesta a crisis en 38 países.

Según el informe EPM, la protección de la salud y de los derechos de las mujeres y las adolescentes no sólo es fundamental para resistir los fenómenos naturales y las guerras cada vez más intensas, sino que también pueden acelerar la recuperación de las crisis.  Las medidas actuales no logran proteger a todas las personas que lo necesitan.  En 2014, por ejemplo, las Naciones Unidas necesitaron una cifra récord de $19.5 mil millones para responder a las situaciones humanitarias de todo el mundo, pero se enfrentó a un déficit récord de US $7,5 mil millones. En el 2015, el UNFPA recibió menos de la mitad del financiamiento que necesita para satisfacer las necesidades de salud sexual y reproductiva, esenciales para mujeres y adolescentes.

Debido a que la demanda de asistencia humanitaria supera la oferta, se necesita un nuevo enfoque, con un énfasis en la prevención, la preparación y el desarrollo de la resiliencia de las naciones, comunidades, instituciones y las personas. Un camino a la resiliencia es un desarrollo equitativo, inclusivo, que protege los derechos, incluyendo los derechos reproductivos, concluye el informe.

“Costa Rica no está exenta de estas crisis debido a que, por su ubicación, es un país particularmente vulnerable a los fenómenos naturales, los cuales se han incrementado de manera preocupante en los últimos tiempos debido al aumento de las tasas de urbanización, la deforestación, la degradación del medio ambiente y el cambio climático, entre otras razones”, afirma Paula Antezana, Representante Auxiliar del UNFPA en Costa Rica. “Esto ha causado no solo un daño económico extremo, sino también un enorme costo humanitario, especialmente, para las mujeres y las niñas”, agregó. La historia de María García y su familia, afectados durante el terremoto de Cinchona es un ejemplo de estas situaciones. A raíz de esa emergencia nacional, el UNFPA junto a otras instituciones organizó un albergue materno infantil para madres en avanzado estado de gestación o con bebés muy pequeños. “Lo más importante es la salud de la mujer, si yo estoy bien, mi familia va a estar bien”, recalcó María en una entrevista recogida en el video: Detrás de la emergencia. Género y Salud Sexual y Reproductiva en la Respuesta Humanitaria.

Además de los fenómenos naturales, nuestro país es un territorio de tránsito y destino de personas migrantes. “En su trayecto en búsqueda de mayores oportunidades o de una vida mejor, se enfrentan a múltiples riesgos y amenazas que ponen en peligro su integridad personal, el país debe responder para proteger los derechos humanos de estas personas”, afirmó Antezana.

"Tenemos que hacer un mejor trabajo para ayudar a las niñas y adolescentes más vulnerables”. Pero también hay que hacer un trabajo mucho mejor para invertir en un mundo más estable, capaz de soportar las tormentas que se avecinan", concluye Osotimehin.

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Para el acceso completo al reporte y otros recursos pueden visitar:

http://www.unfpa.or.cr/index.php/estado-de-la-poblacion-mundial-2015

Más información: 
Gabriela Rodríguez, 2296-1265 Ext. 3158 / 8706-5171 / grodriguez@unfpa.org