La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentaron, este martes, el estudio sobre el uso del condón femenino que ambas instituciones llevaron a cabo en el último año y que finalizó en setiembre pasado.
La doctora María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS, dijo que esta investigación le permite a la institución contar con evidencia para sustentar la toma de decisiones, basados en los gustos y preferencias de las usuarias, lo que significa, reconocer su autonomía y el poder decidir sobre su sexualidad en libertad.
La gerente médico destacó que se trata de tomar en cuenta la opinión de las aseguradas para que sea ella la que elija y no sea la institución la que le imponga alguna decisión que afecte su vida privada.
El plan piloto fue realizado en los cantones de Goicoechea y Upala tenía por objetivo evaluar la potencial demanda del condón femenino en el país. Alrededor de 1 330 mujeres lo utilizaron durante el estudio. Las conclusiones revelaron que un 15% de ellas, luego de usar el condón, volvieron a solicitar el método y sugieren que podrían incorporarlo como su opción permanente.
Esta investigación se realizó por todas las vías de acceso posibles, pues el dispositivo anticonceptivo fue entregado a las usuarias tanto por receta médica como en las visitas familiares, en las charlas educativas y en las sesiones de planificación familiar, entre otras.
Para Adriana Sánchez, asistente técnica en VIH de UNFPA, si se compara el uso del condón femenino en esta muestra con el uso del masculino reportado en la última Encuesta Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva, el condón femenino reportado es mucho mayor nivel nacional. En ese sentido, si los resultados de este estudio se extrapolaran, es probable que su uso supere al del condón masculino e incluso podría superar a otros métodos de anticoncepción.
Sánchez insiste en que un aspecto fundamental del estudio es que se amplió la ruta de distribución, haciéndola más efectiva y amigable, por lo que ya no solo se entrega a través del médico y la receta y se incluyó a mujeres voluntarias de la comunidad.
Por su parte, Patricia Salgado, representante auxiliar del UNFPA, precisó que a diferencia de otros métodos, como por ejemplo, las píldoras anticonceptivas que solamente se toman, el condón femenino implica la negociación con la pareja, el conocimiento y la exploración del cuerpo y la autonomía de la mujer en la decisión sobre el método utilizado. Eso, en ocasiones, solo puede concretarse con un seguimiento y acompañamiento por parte de la persona que dispensa.
ACEPTABILIDAD COMPROBADA
La Caja Costarricense del Seguro Social, con apoyo técnico del UNFPA en Costa Rica, ha estudiado el condón femenino como una nueva opción en el país para protegerse de embarazos no planeados e infecciones de transmisión sexual. Las investigaciones también revisaron si el preservativo sería aceptado por las mujeres y detectó un nivel de aceptación adecuado.
Un estudio de aceptabilidad se llevó a cabo en el 2011 y reveló que la mayoría de mujeres (siete de cada 10) luego de usar el método en varias ocasiones, calificaban su experiencia como positiva. Además, las mujeres participantes reportaron que sus parejas habían quedado satisfechas con la experiencia.
El 84% de las mujeres dijo que volvería a usar el nuevo método e incluso, el 72% dijo que lo usaría en todas sus relaciones sexuales. Las participantes destacaron que el condón femenino les da la posibilidad de decidir y poder ponérselo ellas mismas.
El condón femenino es un método anticonceptivo y de protección de barrera de uso vaginal que consiste en una funda delgada de nitrilo sintético, que se ajusta naturalmente a las paredes de la vagina. A diferencia del preservativo masculino no queda ajustado a tensión, cubre los genitales externos de la mujer, lo cual aumenta la protección de infecciones y puede colocarse ocho horas antes de la relación sexual.