Elides Rivera y Doris Ríos son dos mujeres indígenas recuperadoras de territorios en el sur de Costa Rica. Sus historias de vida se han cruzado de muchas maneras con escenarios de violencia e injusticias. A pesar de sus luchas constantes, a ambas las une su fuerza, su empoderamiento, su sabiduría ancestral y el deseo de que las futuras generaciones disfruten de sus territorios en paz y en armonía con la naturaleza.
Diciembre, 2021. “No hay nada de romántico en la recuperación de las tierras cuando lo que aflora es la violencia. Para nosotras es arriesgar la vida, la seguridad, perder el derecho a vivir tranquilamente, a tener una vida sana”. Elides Rivera es una lideresa indígena Bröran de Térraba. En el mes de noviembre la encontramos en la cocina de su casa, preparando el refrigerio para un encuentro que tendrían varias mujeres indígenas con personal de Naciones Unidas y del Gobierno. Su hija Samira y su hijo Alexandro le ayudaban a preparar croquetas de maíz, empanadas de yuca y otras delicias, así como una limonada que sabe a cielo en medio del calor de la zona.
Elides es una emprendedora y una luchadora. Junto con su hermana Isabel, es una de las fundadoras de la organización Mujeres Mano de Tigre que surge en el 2004 como respuesta a las desigualdades que viven mujeres indígenas y con la convicción de hacer respetar sus derechos, darles herramientas para incidir en las tomas de decisiones políticas y también acompañar a mujeres víctimas de violencia.
A sus 54 años dice haber vivido una vida dura, pues la violencia ha sido parte de su historia desde que tiene memoria. “Siempre vivimos aquí, a mi mamá le gustaba trabajar la tierra, cuando no estábamos en tiempo lectivo nos llevaba a la finca. En esos años entró la maderera que empezó a destruir los bosques, veíamos a los camiones bajar con tucas enormes”, cuenta.
Elides ha visto a Térraba transformarse de muchas maneras, con la destrucción de bosques, el ingreso de ganado, la llegada masiva de personas no indígenas que no comparten la misma cosmovisión con que ella y sus ancestros fueron criados, de protección a la naturaleza.
La maderera abrió una trocha que partió a la mitad la finca de la familia de Elides, pasando sobre una milpa y trazando el camino justo sobre el rancho donde vivían, su casa. Entre sus recuerdos de infancia está el de su mamá, llevándola a ella y a sus hermanos a enfrentar al empresario que lideraba aquello, defendiendo lo que era suyo, sus territorios. Esa fuerza y esa valentía Elides la lleva en sus genes.
“¿Porqué tenemos que pelear la tierra? Hoy vemos que estamos en quiebra, ya no hay recursos. Cuando usted deja de producir lo que se come, se vuelve presa fácil para la desaparición. Yo soy Brörán porque defiendo mi tierra, lucho por mi cultura, porque no quiero ver que nuestro pueblo desaparezca como han desaparecido miles de pueblos originarios. Yo soy feliz con lo que tengo. Para muchos será una casa insignificante, pero para mi es un paraíso”, afirma Elides.
Agenda de Mujeres indígenas en defensa de sus territorios
Elides habló sobre sus luchas en el conversatorio: Mujeres, tierra, identidad y producción que fue parte de una gira por varios territorios indígenas del sur de Costa Rica organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y la Oficina de la Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Costa Rica, en el mes de noviembre. También participó el Ministro de Desarrollo Humano e Inclusión Social, Juan Luis Bermúdez Madriz. Esta gira se hizo en el marco del Programa Conjunto Fortalecimiento de la Estrategia Puente al Desarrollo para romper el ciclo de la pobreza a nivel local, con perspectiva de género y ambiental, del SDG Fund.
Paula Antezana Rimassa, Jefa de Oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) fue la moderadora de dicho conversatorio, en el que hubo un reencuentro con varias mujeres indígenas recuperadoras de territorios, de Térraba, Salitre, Cabagra y China Kichá, incluyendo a Elides y a Doris Ríos, con quienes UNFPA desarrolló un proyecto sobre Mujeres, Territorios y Paz entre octubre del 2020 y marzo del 2021.
El producto final de ese proyecto fue el documento: Agenda de Mujeres Indígenas en Defensa de los Territorios de Sur, construido por ellas mismas y que busca una mayor visibilización y participación en su papel de defensoras de los territorios, con miras a la recuperación económica, social y cultural de los mismos
“Es un instrumento importante porque expusimos, desde nuestra vivencia y realidad, las preocupaciones o las necesidades que pretendemos que sean escuchadas y que puedan ser resueltas”, manifestó Doris Ríos, lideresa indígena de China Kitchá.
Elides explica que la agenda ha sido de gran ayuda pues, más que un discurso o unas palabras que ellas puedan dar, es un documento que han podido entregar en juzgados, a ministros, a instituciones, a personas de universidades y que recoge el sentir de las mujeres indígenas ante las recuperaciones.
“Es como una luz que juntas construimos para aclarar ese camino, hacia dónde vamos, de dónde venimos, porqué lo hacemos y hasta dónde estamos visionando el futuro de nuestros hijos, de las nuevas generaciones. En ningún momento nosotras estamos contraviniendo la ley, estamos exigiendo un derecho que nos corresponde como personas y como mujeres”, concluye Elides.
Ambas cuentan que su lucha por las tierras ha sido muy desgastante y les ha afectado la salud física y emocional. “Cambiamos totalmente nuestra vida cotidiana, sacrificamos cosas, nuestra familia nuestro día a día, nuestros proyectos”, comenta Doris. “A sus espaldas usted lleva a su familia, a sus hijos, a usted misma, su enfermedad, su rabia, hay mucho sentimiento encontrado en ese momento. Todo por algo que uno se pregunta ¿por qué? Porque es nuestro”, se auto responde.
El trabajo con el UNFPA sirvió para que mujeres que han estado en estas luchas por muchos años y que se conocían solo de nombre o de encuentros esporádicos, pudieran compartir y sentir el apoyo y la solidaridad entre ellas, desde diferentes territorios.
“Es importante que las mujeres y las niñas tengamos voz en las decisiones de los pueblos porque somos pensantes, porque a veces las cosas que pensamos o queremos nosotras las mujeres no son las mismas que los hombres quieren. Nosotros somos más integrales pensamos en la familia, en los hijos, en todo”, dice Doris.
Ellas luchan por seguridad territorial, donde las mujeres indígenas tengan acceso real a las tierras, donde la parte jurídica no sea un impedimento para asegurar proyectos y acompañamiento a sus emprendimientos. Sin embargo, conscientes de que el camino es largo y difícil, piden al menos acompañamiento de parte de instituciones que les apoyen en la garantía de sus derechos humanos.
Durante el conversatorio en Térraba, Allegra Baiocchi, Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Costa Rica, y Paula Antezana, Jefa de Oficina de UNFPA, se comprometieron a dar seguimiento a los temas que preocupan a estas mujeres, a no dejar de poner sus inquietudes sobre la mesa en conversaciones y negociaciones con el gobierno y con otros actores sociales, y a hacer lo que esté a su alcance para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 de No dejar a nadie atrás.
“Yo quisiera que en mi pueblo tengamos tierra suficiente para convivir con nuestros hijos, donde podamos producir nuestros alimentos, donde vivamos sin tanta violencia. Disfrutar del espacio, vivir sin miedo”, concluye Elides.
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Con la autorización de Doris Ríos, compartimos uno de sus poemas que refleja una parte de sus vivencias y sus luchas. Doris, además de activista por los derechos de su comunidad, es una gran artista.
Hija de la Madre Tierra
Escucho ruido de roedores que dicen que quién soy
Yo sé quién soy, de dónde vengo y para dónde voy
Soy semilla de raíces muy profundas
hija de la madre tierra,
tierra bendita que es mi identidad.
Tierra que tiene rostro de mi gente
del olvido, del abandono, de la ultrajación.
Vengo de un pueblo que se cansó del despojo,
de la injusticia, de la impunidad,
que hoy alza su voz por su dignidad.
Basta, basta de tanta usurpación.
Queremos nuestras tierras libres
para nuestra futura generación
para los hijos de mis hijos y sus hijos,
libre de la opresión.
Soy hija de la madre tierra,
tierra bendita que es mi identidad.
Texto y fotografías: Gabriela Rodríguez Hernández, UNFPA Costa Rica.