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Llevar los embarazos de niñas y adolescentes a cero: un mandato por los derechos humanos

Llevar los  embarazos de niñas y adolescentes a cero: un mandato por los derechos humanos

Declaración

Llevar los embarazos de niñas y adolescentes a cero: un mandato por los derechos humanos

calendar_today 16 Octubre 2024

Personas participantes del proyecto No dejar a Nadie Atrás, implementado por UNFPA con el financiamiento del Gran Ducado de Luxemburgo en la provincia de Limón.
Fotografías: UNFPA Costa Rica

El día internacional de la Niña nos invita, con urgencia, a acelerar la erradicación del embarazo en las niñas y las adolescentes, para evitar su estancamiento o, incluso, retrocesos. En Costa Rica, más de 4500 nacimientos en niñas y adolescentes, entre los 10 y los 19 años,  fueron registrados en 2023, 198 en niñas de 14 años o menos. Estas acciones ponen cuesta arriba el desarrollo pleno personal y profesional de estas chicas menores de edad.

Cada una de ellas tiene el derecho de contar con la protección, la información y las herramientas que le permitan tomar decisiones saludables con respecto a su sexualidad y vivir una vida libre de violencia . Para acelerar la erradicación del embarazo en la niñez y la adolescencia es fundamental trabajar paralelamente por acabar con todas las relaciones impropias, delito penado en el país. Estos derechos conllevan la corresponsabilidad del Estado y de la sociedad para no tolerar el silencio cómplice de estas prácticas sin  importar el contexto.

Costa Rica ha demostrado en su historia que con voluntad  institucional, acceso a  información basada en la ciencia, acompañamiento profesional y espacios seguros y empáticos, es posible reducir el número  de estos embarazos. De acuerdo con datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos, el país redujó los nacimientos en la adolescencia en aproximadamente dos terceras partes entre el año 2000 y el 2023, pasando de 611 a 198 los nacimientos en niñas de 14 años o menos en dicho periodo. La educación integral en sexualidad en centros educativos, programas de salud adecuados para personas adolescentes en toda su diversidad, articulación intersectorial, y voluntad política para mejorar e implementar el marco jurídico han sido factores determinantes en esta reducción drástica y es fundamental que el país no renuncie a esa ruta.

El embarazo en las niñas y adolescentes es más que un desafío en salud, es una cuestión de derechos humanos. Por eso en este Día Internacional de la Niña, hacemos un llamado a todos los sectores de la sociedad, para no claudicar en su respuesta frente  este fenómeno, e impulsar el desarrollo pleno de las personas jóvenes.

La prevención del embarazo en la niñez y la adolescencia es una meta común de la humanidad dentro de  los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente aquellos relacionados con la salud, la educación e igualdad de género. En este sentido, para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) este es un mandato de los países que se sintetiza en  tres resultados transformadores: cero necesidades insatisfechas de planificación familiar, cero muertes maternas evitables y cero violencia de género y prácticas nocivas, incluyendo en estas el delito de las relaciones impropias.

En el nivel nacional, el Proyecto No dejar a Nadie Atrás, implementado por UNFPA con el financiamiento del Gran Ducado de Luxemburgo en la provincia de Limón, es un ejemplo de cómo la intervención comunitaria puede marcar la diferencia. Este proyecto, anclado en el fortalecimiento de instituciones locales y organizaciones lideradas por jóvenes, promueve  la interculturalidad en la educación integral en sexualidad y en el  acceso a servicios de  salud reproductiva, empoderando a las adolescentes para tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y sus vidas.

Para evitar estancamientos en las cifras, es crucial que el país refuerce la educación integral en sexualidad en el sistema educativo y en otros espacios comunitarios. La educación es la herramienta más poderosa para prevenir el embarazo en la adolescencia, pero también para identificar y cambiar las normas sociales de género machistas y violentas que están en la base de la conflictividad social. No se trata solo de proporcionar información sobre anticonceptivos, sino de fomentar una comprensión profunda de las relaciones humanas, de los derechos sexuales y reproductivos, y de promover el respeto y la igualdad.

La erradicación del embarazo en la niñez y la adolescencia es una meta alcanzable, pero que si se estanca por más tiempo tendrá  un costo social enorme para un país que envejece aceleradamente. Para ello, debemos propiciar alianzas público-privada en el nivel local cuya acción intencionada marque  la vida de miles de adolescentes, dándoles la invaluable oportunidad de concretar su plan de vida con autonomía y libertad.

 

Juan Luis Bermúdez Madriz

Jefe de UNFPA Costa Rica