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En el marco del Día Internacional de las Mujeres, UNFPA y otras agencias del Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica compartieron con mujeres privadas de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) El Buen Pastor

San José, Marzo 2017. “Estar acá me ha permitido reencontrarme conmigo misma, la Kattia persona. Me he dado cuenta que muchas compañeras tienen habilidades que ellas mismas no conocían, y que lo que necesitan es un empujoncito para iniciar”. Con estas palabras y mucha motivación, Kattia Salas, quien tiene tres años de estar privada de libertad en el Centro de Atención Institucional (CAI) El Buen Pastor, habló sobre su deseo y el de otras compañeras de implementar una tienda virtual donde se puedan vender las manualidades que ellas realizan.

Esta fue una de las experiencias que un grupo de mujeres privadas de libertad del Centro de Atención Institucional El Buen Pastor (que desde la semana pasada cambió su nombre a Centro de Atención Institucional Vilma Curling) compartió,en el marco del Día Internacional de las Mujeres, con representantes del Grupo Interagencial de Género (GIG) del Sistema de Naciones Unidas, acompañado por la Coordinadora Residente en Costa Rica, Alice H. Shackelford.

Con este encuentro, UNFPA y otras agencias del Sistema de Naciones Unidas se unieron a las actividades realizadas en el país para conmemorar los esfuerzos por el reconocimiento y ejercicio pleno de los derechos de las mujeres, las adolescentes y las niñas.

“El acercamiento a poblaciones tan estigmatizadas y discriminadas, como las mujeres privadas de libertad, nos permite conocer sus necesidades, sus realidades, sus aspiraciones y limitaciones. A partir de ese conocimiento, podemos fortalecer nuestro trabajo para eliminar la desigualdad, la discriminación y la violencia que viven mujeres en nuestro país”, expresó Paula Antezana, Representante Auxiliar de UNFA Costa Rica.

La actividad contó con un pequeño taller dirigido por Evelyn Durán, Asesora en Salud Sexual y Reproductiva del UNFPA y Rafaella Sánchez, Especialista en Género del PNUD, con el que se reflexionó acerca de la ruptura de mitos y estereotipos de género. “Sirvió para que varias de estas mujeres contaran sus experiencias y reflexionaran sobre las consecuencias que la cultura machista ha tenido en sus vidas. También compartieron cómo han logrado adaptarse a una vida privada de libertad, en la que el “el mundo de afuera no se detiene”, como una de ellas comentó”, expresó Evelyn Durán, del UNFPA.

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Kattia Retana Fonseca contó que, debido a la escasez de recursos económicos, debió dejar sus estudios secundarios para ayudarle a su mamá a criar sus hermanos. 30 años después tuvo la oportunidad de retomar sus estudios en el Buen Pastor. Hoy cursa noveno año. Dice que la actividad le ayudó a romper su relación con una frase que la marcó de niña: “Usted no puede estudiar, tiene que ayudarme a cuidar a sus hermanitos.”

Por su parte, Mauren Chaves Vásquez, relató que una vez su hijo le dijo: “yo no lavo trastos, porque soy hombre”. “Si yo hubiera sabido lo que aprendí hoy, lo hubiera podido corregir y romper estereotipos. Él debe ayudarnos como familia, en igualdad de condiciones hombres y mujeres”.

LA VOZ DE LAS NACIONES UNIDAS

La Coordinadora Residente de la ONU en Costa Rica, Alice Shackelford, afirma que “desde el Sistema de Naciones Unidas llevamos el mensaje claro y fuerte: ¡Todas las mujeres cuentan! Porque los derechos de las mujeres son derechos humanos. La lucha por la igualdad de género es muy grande y debemos trabajar, hombres y mujeres juntos, en diferentes ámbitos, como el del Centro de Atención Integral Buen Pastor”.

Para Kennly Garza, Subdirectora del CAI El Buen Pastor, “este tipo de espacios son muy importantes y necesarios, pero también son muy esperanzadores”. “Cuando viene gente de afuera y se crean espacios de interacción, de escucha, donde ellas puedan hacer catarsis, que se cuente la vida de ellas más allá de lo que cuenta un diario, se validan sus necesidades, su sentir, sus preocupaciones y les permite defenderse frente a todo lo que se dice y ante lo cual ellas no tienen derecho de respuesta”, expresó.

El objetivo de la actividad fue compartir con mujeres privadas de libertad, escuchar sus vivencias, sus necesidades y conocer las brechas que enfrentan en su cotidianidad; que sus voces sean escuchadas y puedan ser incluidas en las acciones que realizará el Sistema de Naciones Unidas en los próximos años.

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Como dato curioso, el cambio de nombre del Centro de Atención Institucional a Vilma Curling, es en honor a Vilma, quien fue una enfermera costarricense, y por muchos años dio apoyo a mujeres privadas de libertad, de manera voluntaria. El cambio, también, es parte de un nuevo modelo de atención para las mujeres privadas de libertad, que va desde la infraestructura hasta un programa que hace una diferenciación de género en las cárceles, que antes no existía.

Más información:

Gabriela Rodríguez, grodriguez@unfpa.org Tel. 8706-5171 / 2296-1265